La estrategia del Gobierno ante la posible condena de CFK: silencio oficial y el dilema por el candidato libertario

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El arco político nacional se mantiene a la expectativa de si finalmente se conoce una de las noticias con mayor impacto de las últimas décadas: la efectiva condena a prisión de Cristina Kirchner, la cual podría producirse por estos días si es que la Corte Suprema le revoca el pedido extraordinario para revisar su sentencia por la corrupción en la obra pública, la cual acarrea una inmediata inhabilitación para ocupar cargos públicos.

Se trata de un escenario sensible, donde abundan las versiones de que los cortesanos están preparando la decisión que condenaría a la dos veces presidenta, que continúa teniendo una vigencia rotunda en el panorama político nacional.

El presidente Javier Milei bajó línea a sus funcionarios clave para que no salieran a comentar del caso y que aquello pudiera ser visto como una intromisión en el proceso judicial. “No sabemos si la Corte va a actuar”, afirmó en A24 la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, para agregar que en el Gobierno no querían adelantarse “para que parezca que promovemos una cosa o la otra”.

Esta cuestión no había sido evaluada una semana atrás, cuando Cristina se autopostuló como candidata provincial por la Tercera Sección Electoral. En ese entonces se había comenzado a tirar una batería de nombres, sin tomar dimensión de que el máximo tribunal ya estaba comenzando a jugar su juego silenciosamente.“Sin ella cambia todo… es obvio”, afirmó un alfil de altísima relevancia en La Libertad Avanza, en relación con cómo cambiaría la disputa electoral en PBA sin la presidenta nacional del Partido Justicialista.

Los libertarios se plantean seriamente cuáles son los fundamentos que hacen más conveniente llevar a un candidato en ese escenario. “A una señora mayor, comunista y condenada hay que ponerle enfrente un pibe, libertario, irreprochable”, consideraba el lunes pasado una de las cuentas atribuidas al asesor presidencial Santiago Caputo.

Antes, el debate interno era qué candidato era el mejor para poder polarizar al máximo contra la mayor referente del modelo kirchnerista. En la campaña porteña había funcionado muy bien el lema “Kirchnerismo o Libertad”. La consigna va a seguir en pie, aunque su efecto puede ser menor.

Una semana después del anuncio de Cristina, una alta fuente de Casa Rosada afirma que la elección del candidato para la Tercera “puede cambiar” y ser alguien “menos interesante”. Esta lectura coincide con lo que consideran otros estrategas importantes. “Cambia todo”, agregaba un dirigente importante en la Provincia.

En Balcarce 50 deciden no aventurarse con estimaciones sobre cómo podría impactar esta posible noticia a nivel nacional. Pero es un hecho que a muchos funcionarios relevantes del Gobierno no les simpatizaba la idea de que Cristina Kirchner fuera condenada definitivamente.

A pesar de estas consideraciones, los sectores más cercanos al Presidente mantienen la línea oficial de que la dirigente kirchnerista debe ser condenada y encarcelada. Esta postura se resume en la frase del mandatario: “Hay que clavarle el último clavo en el ataúd a Cristina”.

No obstante, en los círculos internos del oficialismo persiste el deseo de que la expresidenta pueda competir, ya que su presencia en la boleta facilitaría la estrategia electoral de los libertarios y les permitiría capitalizar el discurso anti-kirchnerista que los llevó al poder. La posición oficial entre muchos integrantes del Gobierno es “queremos ganarle a Cristina en las urnas y no en la Justicia”.

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