Argentina, una nación con orgullo, pasión y esperanza

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Argentina es un país con un tremendo potencial que desarrollar, para crecer, generar trabajo tanto rural como industrial y de alta tecnología. Pero para lograrlo, debemos dejar de lado las ideologías europeas que solo nos trajeron atraso y división como pueblo, el liberalismo como la socialdemocracia no tienden puentes tan solo desunión y confrontación. Ellas se construyen desde una relación de amigos-enemigos. Argentina necesita organización y unidad, planificar a tres décadas, buscar la colaboración y cooperación entre el trabajo y el capital donde el gobierno garantice acuerdos de unidad, donde el sector privado confíe, teniendo certezas y certidumbre, para invertir en la producción, donde el trabajador tenga un trabajo digno y la patria gobiernos virtuosos.

Nuestra comunidad nacional tiene un grave problema político. El régimen centralista en que ha construido su poder desde 1861 (con Mitre después de la Batalla de Pavón) ha llegado a su fin, se ha agotado. Estamos en una etapa de transición, que implica crisis, hacia una nueva forma de organización: el federalismo, donde el provincialismo recuperará su protagonismo, donde el municipalismo sea el punto de partida para la organización y el desarrollo económico, donde la figura del Intendente será diferente, más racional y menos viciosa y, con un mayor control comunal a través de las facultades que les otorguen las Cartas Orgánicas municipales.

Por otro lado, se debe interpelar a la provincia de Buenos Ayres. Sin ordenarla y organizarla no lograremos salir de la situación actual. La comunidad bonaerense necesita de la autonomía de sus municipios, de la creación de regiones productivas que generen sus propias matrices energéticas, con mayor inversión en infraestructura principalmente ferroviaria, con una pronta reforma tributaria. Crear y reconocer nuevos municipios, repoblar las áreas despobladas desconurbanizando la Región Metropolitana de Buenos Ayres, derogar los decretos militares que aún tienen vigencia e impiden el despegue de la provincia, como el Decreto de Entidades Financieras del Gral. Videla (1977) y el Decreto de las Municipalidades para la provincia de Buenos Ayres de Rojas-Aramburu (1958). Hay mucho trabajo para realizar, mucho para tomar decisiones. Hace 40 años que estamos en modo “neutro” …ya es tiempo, argentinos, a las cosas.

Ahora, ¿Qué futuro queremos para nuestro país? ¿Un futuro de dependencia y sumisión, o un futuro de soberanía y dignidad? ¿Un futuro de confrontación y violencia, o en un futuro de diálogo y paz? ¿Un futuro de atraso y pobreza, o un futuro de progreso y bienestar?

La respuesta está en nuestras manos, en nuestra voluntad, en nuestra responsabilidad. Somos nosotros los que tenemos que constituir el futuro que soñamos, con organización, con trabajo, con educación, con ciencia, con solidaridad, con justicia social, con democracia, con federalismo.

No esperemos que nadie nos lo regale, ni que nadie nos lo quite. Seamos protagonistas de nuestra historia, seamos artífices de nuestro destino, seamos hacedores de nuestra patria.

Argentina tiene todo para ser un gran pueblo. Una nación respetada y admirada en el mundo, que aporte al bien común de la humanidad. Solo nos falta creer en nosotros mismos, en nuestras capacidades, en nuestras virtudes, en nuestras potencialidades. Tenemos una necesidad, reclamemos ese derecho que nos corresponde.

No dejemos que nos digan que no podemos, que no valemos, que no somos. Demostremos que podemos, que valemos, que somos. Somos argentinos, somos un pueblo con historia, con orgullo, con pasión, con esperanza.

Tenemos futuro, pero también somos el presente. Tenemos la fuerza, la energía, la creatividad, la rebeldía, la ilusión, la alegría, la libertad. Tenemos el poder de cambiar las cosas, de transformar la realidad, de cambiar la historia…no en tres o cuatro décadas, sino en una.

Que no nos engañen, que no nos manipulen, que no nos dividan, tampoco nos dejemos oprimir, silenciar, estafar, vencer. Luchemos por nuestros sueños e ideales, por nuestros derechos y costumbres, por nuestros valores y principios, por nuestros proyectos e intenciones, por nuestros amigos, por nuestras familias, por nuestro país.

No estamos solos, no somos pocos, no somos débiles, no somos invisibles, no somos indiferentes, no somos egoístas e individualistas, no somos conformistas, no somos indolentes, no somos ingenuos, no somos ignorantes, no somos inútiles, no somos mansos, no somos inocuos, no somos vagos, no somos inoperantes, no somos ineficientes, no somos irrelevantes, no somos insignificantes.

Somos muchos, somos fuertes, somos visibles, somos importantes, somos valiosos, somos capaces, somos eficaces, somos eficientes, somos relevantes, somos valientes, somos solidarios, somos trabajadores, somos rebeldes y revolucionarios que todo queremos cambiar.

Somos la esperanza de la Argentina. Somos la luz de la Argentina. Somos la voz de la Argentina. Somos la fuerza de Argentina. Somos el corazón de la Argentina. Somos el alma de la Argentina. Somos la vida de la Argentina…Somos su pueblo mestizo.

Argentina nos necesita, Argentina nos espera, Argentina nos ama…se nos vienen tiempos muy complejos, tenemos que estar todos unidos por la patria.

  Luis Gotte

Escritor y articulista, co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022; y de “Buenos Ayres Humana II, la hora de tu Intendente” en preparación.

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