La reapertura de actividades que permanecieron adormecidas por las restricciones del COVID-19 devolvieron a los accesos viales a la Ciudad el ritmo previo a la pandemia y también los problemas de circulación vehicular: demoras, atascos y embotellamientos. Con la “nueva normalidad” también se intensificó el ritmo de las obras viales que buscan descomprimir y facilitar el traslado de personas y el transporte de cargas.
De acuerdo con un informe del ministerio de Obras Públicas de Nación, en las últimas semanas se retomaron los trabajos de ampliación y mantenimiento de 519,4 kilómetros de rutas y autopistas en la provincia de Buenos Aires.
Y entre los más importantes se destaca la Autopista Presidente Perón, que constituye el tercer anillo de circunvalación del AMBA, después del Camino de Cintura y la General Paz. Son 73 kilómetros de autovía por donde pasan más de 50 mil vehículos cada día. Además, la traza continuará por el actual Camino del Buen Ayre para unir el acceso Oeste con el Norte. Tanto es así, que el gobierno anterior la había bautizado con ese nombre.
La obra se anunció en 2010, aunque había comenzado a proyectarse cinco años antes, y pasó por varios anuncios y pocos avances en ambos gobiernos de Cristina Kirchner. La retomó el macrismo, que también hizo varios anuncios y llegó a inaugurar un tramo de 11 kilómetros entre La Matanza y Merlo. Si esta vez se cumplen las promesas, la traza quedaría utilizable unos 13 años después de su lanzamiento.
Según datos de Vialidad Nacional, ahora se invertirán 22.100 millones de pesos. Los tramos I, II y III están en ejecución.
Los trabajos sobre la traza incluyen dos carriles por sentido, colectoras, distribuidores, pasos a nivel, iluminación y nueva señalización inteligente. “Agilizará la salida desde los parques industriales que se asientan a lo largo de su recorrido, y facilitará el acceso al puerto de La Plata y a los aeropuertos de Morón, El Palomar y Ezeiza. Optimizará la conexión entre el norte y el sur de la provincia, y brindará un impulso al desarrollo industrial, comercial y habitacional de toda el área metropolitana, donde viven más de 12 millones de personas”, explicó el administrador de Vialidad, Gustavo Arrieta.
Los tramos de esta obra comenzarán a habilitarse a partir de 2023.
Parte de la complejidad de los trabajos tienen que ver con que se requieren unas 3.900 expropiaciones de tierras, porque se construye a través de campos o zonas urbanizadas donde no había una traza previa ni calles. Esto implica remover tierras, llevar a cabo obras hidráulicas y también de rampas y vinculaciones.
Los distritos que atravesará la nueva autopista serán 12: San Isidro, San Martín, Tres de Febrero, Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, La Matanza, Ezeiza, San Vicente, Presidente Perón, Florencio Varela y Berazategui.
Se estima que beneficiará a más de 12 millones de habitantes de esos distritos, y será utilizada todos los días por más de 50 mil usuarios que, en el caso de los que viajen desde La Plata hasta Pilar, ahorrarán hasta una hora de viaje.
Conectará con todos los accesos a la Ciudad. Así, se cruzará en su inicio con la Panamericana, con el acceso Oeste, hasta donde llega el Camino del Buen Ayre en la actualidad, luego con la ruta 3, la autopista Ezeiza-Cañuelas (que es una continuación de la Riccheri), las rutas 58 (vincula la Ezeiza-Cañuelas con los barrios de Canning y Ezeiza) y 53, y finalmente con la ruta 2. Este tramo estaba proyectado originalmente, pero aún no está claro cuándo se concretará.