Hasta el más de los distraídos espectadores “estaba prendido de
su botella vacía”, esperando la música en vivo para pedir otra y otra; en una noche en la que un grupo de músicos de Marcos Paz le imprimieron su sello a temas estrictamente seleccionados para brindarle un homenaje a “El Salmón” o “Andrelo”, como quieran llamar al mítico Andrés Calamaro. Son esos tributos donde tanto los intérpretes como el público disfrutan; lo viven de punta a punta.
Es que no cabía ni un alfiler en bar “Estación West”, ahí a pasos de la estación del Ferrocarril Sarmiento, sobre calle Rivadavia. Pruebas de sonido cerca de las 20, movimientos previos para que todo esté ok y; a la “hora de tomar algo”, quien haya vivido al menos el Mundial 86, o lo haya visto por la web, cuando Argentina fue campeón mundial con Diego como estandarte; la referencia era inevitable: “Estadio Azteca” abriendo el fuego y desatando el típico movimiento de piernas cuando todos acompañan con la música y letra, o llenándose las manos de aplausos luego de escuchar a Uriel González en voz y guitarra; Agustín Petinatto en bajo -Músico de Mustafank-; Tony Hurtado en batería y coro; Santi Hurtado en teclados; y en la segunda parte Seba Gianini fue el violero invitado para rubricar una noche épica.
Una vez surgida la idea por parte del dueño del bar -Facundo-, se les consultó a los músicos; y enseguida le dieron forma al espectáculo, complementando los talentos para llevar a cabo “Calamares”, así bautizó Uriel al show. Entre todos, lograron una puesta en escena magnífica, generando un ambiente intimista y bien rockero; interpretando temas de Andrés Calamaro como solista y de Los Rodríguez, aquella banda española de la que fue “el cantante”.
“Nos sentimos muy bien cuando el público vive el show con nosotros. La acústica del lugar nos favorece, hay mucha madera en el lugar y al estar lleno, se mejora el sonido ambiente”, dijo Santi Hurtado, quien no sólo toca por su cuenta y compone; sino que también es parte de un grupo de músicos independientes talentosos.
No faltó nadie: “El marinero y el capitán se reunieron en un bar, y encargaron otra botella de ron”. Tampoco hubo que lamentar que “la moneda cayó por el lado de la soledad y el dolor”, los “Crímenes Perfectos” ya se habían cometido y si aún seguís bajón, “levanta la voz si te dicen qué hacer y qué no hacer, cuanto más grande es la pena más ruido va a hacer al caer”, aseguran Los Rodríguez en “Aquí no podemos hacerlo”. Paso previo a “Todo lo demás también”, en un set que venía tranqui, hasta que se levantó al palo para cerrar la primera parte con “Mi enfermedad”, el tema que un día compuso Andrelo & Masel, pero que fue más popularizado por Fabi Cantilo.
Llegó la hora del intervalo, para darle lugar a Seba Gianini, quien participaría de la banda en el segundo bloque, y el propósito es que la música ejerza el poder de “Me estás atrapando otra vez”, temazo de “Los Rodríguez”, para entrar en clima nuevamente. “Para ver bailar voy a un club mientras muerdo el limón”, diría Mini Gin Tonic; aplausos y la típica “patita” moviéndose; otra vez arriba y a disfrutar del show: con un cierre bestial haciendo “Loco”, “Alta Suciedad”, “Flaca”, “Sin Documentos”. Y si mirabas por la ventana, en la noche del 19 de octubre, una de las “Tres Marías sigue brillando”, las cuerdas estaban calientes, los corazones alegres y las gargantas saciadas de tanto cantar, porque los oídos, ya habían recibido un hermoso regalo: Calamares!!!
Mariano Plaza
