A 33 años del secuestro y desaparición de Oscar Sánchez, Juan Takara, Olga Souza Pinto, Enrique Souz, Maria Coria y Manuel Coria…todos ellos hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas en la búsqueda de la dignidad diaria a través de sus trabajos, su militancia y su compromiso en diversos ámbitos sociales, no hay mejor homenaje que el de trabajar todos los días por concretar aquellas luchas y reivindicaciones sociales que los impulsaba a vivir tan intensamente. No sólo esgrimiendo la palabra en fechas conmemorativas, sino tomando su ejemplo y caminando la senda por la construcción de un modelo de país más justo.
Así también recordar y retomar la lucha de aquellos hombres y mujeres que junto a sus hijos, y desde la Agrupación PROA, elaboraron las actas de denuncia a las violaciones de los Derechos Humanos que luego se presentarían en organismos internacionales, y que hallándose en nuestra ciudad, fueron brutalmente masacrados y desaparecidos.
Queremos reivindicar una vez más, la necesidad de ejercer cotidianamente el derecho a la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Recordando a nuestros vecinos, a nuestros amigos, compañeros, padres, maridos, hermanos…recordando y retomando las vidas inconclusas de tantas personas que supieron ser solidarias en tiempos difíciles; y desde allí resignificar ese compromiso y abrir caminos para nuestro presente; para que nunca más el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad se ciña sobre nuestros destinos como país. Para que nunca más se naturalicen pensamientos como “algo habrán hecho” o “con los militares estábamos mejor”
Porque no se puede estar mejor cuando se desguaza un país y se lo somete económicamente al peor de los despojos: el de embargar el futuro de las próximas generaciones. Porque nuestro mayor compromiso es precisamente el de construir y garantizar un país para todos, con inclusión social, donde la juventud pueda superar aquel despojo y proponerse un futuro con dignidad. Porque la dignidad, continúa siendo el mayor atributo de la condición humana. Y jamás podrán convencernos de lo contrario, pues esa convicción, y más aún en el año del Bicentenario, es nuestro mayor orgullo; y en este nuevo aniversario recordamos sobre todo la vida y la capacidad de creer en que la felicidad del pueblo argentino es y será posible.
«Pero no pudieron matar tanta vida… ¿cómo podemos pensar que están muertos?…la muerte es seca, negra, silenciosa; y en cambio ellos han sabido amar profundamente, sus vidas siguen dando vida, y siguen marcando caminos…»
Madres de Plaza de Mayo
DIRECCION DE DERECHOS HUMANOS- DIRECCION DE JUVENTUD
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GUILLERMO SCHEFER